
Se dice que en el trabajo del director australiano Baz Luhrmann no hay puntos medios. La construcción de sus películas es bastante consecuente con nuestra percepción de ellas: sus filmes son acelerados y frenéticos, y parecen estar fuera de todo tipo de control. La reacción del público a dichos excesos suele ser igual de desbocada. Quienes las odian, las odian de verdad; y quienes aman sus películas, viven obsesionados con ellas. Por eso es que ante su anuncio, hace algunos años, de que su [Ver Más...]