
LNE y su banda Indigo en Nuestro Son, Viejo San Juan, el pasado 21 de junio
Los Niños Estelares y su banda Índigo en su hermoso espectáculo de solsticio veraniego 2010
Fotografías por: Benjamín Curet; contacto: Pepe Cohete II en Facebook
No siempre fue así. Fernando y Darío comenzaron Los Niños Estelares como duo en el 2008, y guitarra clásica en mano (melódica y pandereta siempre cerca) encaraban a sus primeros públicos con la energía particular y contagiosa que los caracteriza. Su propuesta musical nunca ha sido fácil de describir, muchos menos a las masas homogéneas que distinguen al Puerto Rico moderno: música con tanta conciencia como humor, seria sin cogerse en serio, con tendencias pop pero ‘no apta’ para la radio, casera en producción pero de épicas proporciones y con un verdadero sentido fraternal evidente tanto entre sus miembros como entre el grupo y su público.
Es más fácil decir: “Tienes que verlos en vivo.”
Ahora, con su banda Índigo reforzada – entiéndase, bajo y batería – Los Niños Estelares se han convertido en uno de los verdaderos tesoros musicales de la escena independiente y una de las bandas más prometedoras y únicas en la isla. El pasado 21 de junio, en su ‘hermoso espectáculo de solsticio veraniego 2010’ celebrado en Nuestro Son en el Viejo San Juan, demostraron una vez más (para los que se perdieron su presentación en el Teatro Beckett en Río Piedras a principios del verano) su crecimiento como banda.
El show comenzó puntual, como es costumbre con LNE, a las 10pm. Curiosa e ingeniosamente, aquellos que llegaron temprano al local se beneficiaron de una entrada reducida ($3; luego de las 10pm, subía a $7). Esta táctica, tanto subversiva como justa, asegura que los seguidores de la banda llegarán a tiempo a escuchar todas sus canciones favoritas y que la banda no tendrá que esperar a que el local se llene para comenzar a tocar; la cortesía se extiende hacia ambas partes. A la misma vez, es un comentario sobre la perniciosa costumbre boricua de ‘hacer las cosas algarete’: llegando tarde, con poca organización y menos profesionalismo.
Pero igual cabe resaltar, que los que llegaron temprano participarían de una rifa que se extendería a través de la noche entre canciones, donde los ganadores podrían llevarse a sus casas artículos como un CD de Maná sin abrir (“que lleva diez años en el cuarto de Darío”), una vela, hilo para volar chiringa y una camisa de la banda. El chiste se comparte entre ambos bandos – por un lado Darío y Fernando limpian sus cuartos, por el otro la noche se alegra aún más entre premios curiosos y sus ‘ganadores’. Nuevamente, nada es tan simple o fácil con LNE.

Fernando / voz, teclas y pandereta
El concierto comenzó cuando Fernando, en su uniforme de revolucionario actualizado, y Darío, vestido de hippie sin madre, subieron al escenario sin acompañamiento para preguntar a la audiencia qué canciónes querían escuchar en lo que calentaban motores. Se decidió rápidamente que abrirían con ‘Gavilán y Paloma’ (popularizada por José José) y ‘Yo Te Quiero Estruprar’, entre las sugerencias de otros temas de sus dos discos que tocarían luego junto a la banda Índigo. “Esa es la mejor”, se escuchó decir entre la audiencia sobre ‘Estruprar’, a lo que Fernando ripostó con una sonrisa un poco incrédula: “eso es verdad” antes de complacerle. Esta dinámica entre Los Niños Estelares y el público es a la que están acostumbrados quienes ya han ido a varios de sus shows más íntimos a través de los años. Sin embargo, con la adición de Max en el bajo y Emmanuel “Kaltrich” en la batería – su nueva versión de la banda Índigo – LNE ha tomado un giro mucho más ‘funky’, convirtiendo varios de sus temas establecidos en verdaderos éxitos bailables.

Darío / guitarra y voz
Favoritos como “Plaza Acuática”, “Persistencia de la memoria” y “Alegría Ricardo Alegría” se benefician del sonido más lleno que ofrece la banda completa, con ritmos sincopados y líneas de bajo melódicas. Lejos de ser un simple adorno musical, ambas contribuciones refrescan la experiencia de ver a la banda en vivo, dándole más dinamismo y dimensión al espectáculo musical. De la misma manera, la ya legendaria “Estoy en bici en Guaynabo City” se convierte en una de las sorpresas del show con sus nuevos toques de ‘surf rock’.
También se destaca el nuevo tema “Party Bus” – que debería sonar en las estaciones de radio comerciales ¿Qué esperan? – con su estribillo de “haré de mi vida un Party Bus y ahí viviré por siempre” como comentario de la condición social puertorriqueña que suele priorizar la fiesta sobre cualquier otra cosa. Y en fin, vinimos al concierto a pasarla bien, a cantar a coro ‘los grandes éxitos’ de LNE. Son grandes éxitos porque vosotros, parte integral de esta banda en continuo ascenso, los habéis convertido en eso.
Pendiente a detalles de las próximas presentaciones de Los Niños Estelares en PuertoRicoIndie.com y no se olviden de descargar ambos discos de la banda gratuitamente en http://www.losninosestelares.com/
Click aquí para escuchar ‘Plaza Acuática’ en vivo desde Nuestro Son